domingo, 8 de diciembre de 2013

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

La festividad de la Inmaculada Concepción es celebrada con gran énfasis entre los católicos en la actualidad (de hecho, es patrona de España), pero es una solemnidad oficialmente muy reciente. Fue solemnemente declarada como verdad de fe definida por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. *
Veinticinco años después, el Papa León XIII elevó la fiesta a la máxima categoría litúrgica. La fecha elegida está en relación con el 8 de septiembre, la fiesta de la Natividad de la Virgen. Entre la Inmaculada Concepción y la Natividad se da, por tanto, la misma dependencia que entre la Anunciación del Señor y la Navidad.

*"Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles."
(Dogma proclamado por el papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus)
San Cirilo de Jerusalén: "Por medio de la Virgen Eva entró la muerte; era necesario que por medio de una virgen, es decir, de la Virgen, viniera la vida..."
San Proclo de Constantinopla: "Ha sido sanada Eva... Por eso le decimos: "Bendita tú entre las mujeres", la sola que has curado el dolor de Eva, la sola que enjugaste las lágrimas de la atribulada...". 


María estaba «desposada con un hombre llamado José» (Lc 1,28). María tenía un proyecto de proporciones humanas. Sin embargo, Dios irrumpe en su vida para presentarle otro proyecto de proporciones divinas.«No temas, María», «Llena de gracia, el Señor está contigo». Nosotros, al igual que ella, necesitamos de esa confianza en Dios.
La Virgen María intercede y quiere que imitando a Jesús digamos que "SÍ" a Dios sin condiciones.Dios en nuestro "SÍ" incondicional nos pide que le entreguemos TODO.


María, dice San Luis María Grignon de Montfort, «es el molde vivo de Dios». Hay dos maneras de hacer una escultura, expone Grignon: una, más ardua, a base de golpes de cincel. La otra, sirviéndose de un molde. Esta segunda es más sencilla. Pero el éxito está en que la materia sea maleable y que el molde dibuje con perfección la imagen. María es el molde perfecto.





Hoy, y cada uno de nuestros días repitamos con María:
"Aquí estoy, hágase en mí según tu palabra"