El 7 de septiembre de 1921, a las ocho de la noche, víspera de la fiesta de la Natividad de nuestra Señora, un alto funcionario del Ministerio de Finanzas del Estado Irlandés, FRANK DUFF, convocó en Dublín a varias personas, buscando cauces nuevos para el apostolado. De esta primera reunión surgió la LEGIÓN DE MARÍA, que hoy está presente en casi todos los países del mundo.
Es una asociación pública de Derecho Pontificio (9-XII-1950) y de ámbito internacional. Fue reconocida por la Conferencia Episcopal Española en 1990 y tiene personalidad civil (8-IX-1983). Ha sido establecida en todas las diócesis del territorio nacional. Internacionalmente el Consejo Superior radica en Dublín. Está integrada en el Foro de Laicos.
Los legionarios ansían hacerse dignos de su excelsa y celestial Reina, la Virgen María, lo intentan mediante su lealtad, sus virtudes y su valentía. Se han organizado a modo de ejército, tomando como modelo particular de la antigua Legión Romana. La Legión de María ha hecho suya la terminología de la legión romana; pero a diferencia de ésta, ni sus huestes ni sus armas son de este mundo. Este ejército mariano, ahora tan numeroso, tuvo los más humildes comienzos. No se formó conforme a un plan preconcebido; brotó espontáneamente. Tampoco se formuló un proyecto de reglas y prácticas. Al contrario, por todo preparativo, alguien sugirió una idea, se fijó una tarde, y se reunieron unas cuantas personas, sin sospechar que habían de ser instrumentos escogidos por la divina Providencia.
En nada se distinguió la primera junta de las que hoy celebra la Legión de María en el mundo entero. La mesa, alrededor de la cual se reunieron, tenía puesto un altarcito cuyo centro era la estatua de la Inmaculada (Medalla Milagrosa), sobre un lienzo blanco, entre dos floreros y dos candeleros, con velas encendidas. Este conjunto, tan rico simbolismo, obedeció a la inspiración de uno de los primeros socios. Representa lo que es la Legión de María. Un ejército al servicio de su Reina. Ella eligió a los miembros y sigue eligiéndoles, y no al revés. Desde entonces, los legionarios de María se han puesto en marcha y luchan a su lado, en su unión. El primer acto colectivo de aquellos legionarios fue arrodillarse, rezar la invocación y la oración del Espíritu Santo y el Rosario. Tras las jaculatorias finales, se sentaron, y bajo los auspicios de María, representada allí por su imagen, se pusieron a pensar cuál sería el mejor modo de agradar a Dios y de hacerle amar en el mundo. De aquellas consideraciones brotó la Legión de María con todas sus características, tal como es hoy.
Aquel primer aislamiento de legionarios de María se hizo en Myra House, Francis Street, Dublín, Irlanda a las 8 de la noche del 7 de Septiembre de 1921, víspera de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora. Por algún tiempo la organización se llamó “Asociación de Nuestra Señora de la Misericordia”, nombre tomado del título de la unidad madre.